miércoles, 30 de abril de 2014

Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección


Amados en Cristo: En esta noche santísima, cuando nuestro Señor Jesucristo pasó de muerte a vida, la Iglesia invita a sus miembros, esparcidos por todo el mundo, a reunirse en vigilia y oración. Pues ésta es la Pascua del Señor, en la cual, escuchando su Palabra y celebrando sus Sacramentos, compartimos su victoria sobre la muerte

.Oh Dios, por tu Hijo has conferido a tu pueblo la claridad de tu luz: Santifica este fuego nuevo, y concede que en esta fiesta Pascual de tal manera ardamos en deseos celestiales que con pensamientos puros lleguemos a la festividad de la luz eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Alégrese ahora la muchedumbre angélica de los cielos; por tal Rey y por su victoria suenen las trompetas de salvación. Alégrese y cante todo el orbe, claro con fulgor glorioso, pues el Rey eterno disipó a las tinieblas. Alégrese con júbilo la Madre Iglesia en luz radiante; con las alabanzas del pueblo resuenen sus atrios.

Oigamos la relación de las obras salvadoras de Dios a través de la historia, cómo salvó a su pueblo en siglos pasados; y oremos para que nuestro Dios nos traiga a cada uno a la plenitud de la redención.
Damos gracias A Dios por la renovación de los votos bautismos que tuvimos con  la congregación y pedimos sus oraciones por nuestros hermanos Gerardo y Dolores, los cuales iniciaron su vida cristiana.

¡Aleluya! Cristo ha resucitado.
 ¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!
Dios todopoderoso, que por nuestra redención entregaste a tu unigénito Hijo a muerte de cruz, y por su resurrección gloriosa nos libraste del poder de nuestro enemigo: Concédenos morir diariamente al pecado, de tal manera que, en el gozo de su resurrección, vivamos siempre con Jesucristo tu Hijo nuestro Señor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

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